La mayoría escruta qué dice y comparte en la red un aspirante antes de conocerlo
Los comentarios y los contenidos compartidos en internet ya constituyen un criterio de peso para muchas empresas cuando se plantean a quién contratar. Prácticamente tres de cada diez responsables de recursos humanos –un 28%– reconoce haber rechazado a algún candidato por su actividad en las redes sociales, según un informe de Infoempleo y Adecco publicado ayer. Es más, la proporción se ha duplicado en tan sólo cuatro años –suponía un 14%, en el 2011–.
Los portales de empleo continúan siendo una herramienta muy popular tanto para los profesionales que buscan trabajo como para las empresas que quieren aumentar su plantilla, pero las redes sociales ofrecen información complementaria sobre los candidatos. Hasta el 88% de las compañía reconoce que comprueba la reputación en la red de los aspirantes. Estas comprobaciones se realizan sobre todo antes de la entrevista de trabajo (un 39%) o en cuanto reciben los currículums (31%).
Con toda probabilidad, los que buscan trabajo infravaloran el interés de las empresas por la imagen que dan de sí mismos a través de las redes sociales. Poco más de la mitad de los candidatos encuestados cree que las compañías usen internet para “descubrir y atraer talento”.
¿Y dónde miran los encargados del reclutamiento para tratar de saber más sobre sus nuevos trabajadores? Aunque Linkedin sea la red social para profesionales por excelencia, en este caso se ve superado por unas décimas por Facebook (en ambos casos, son consultados por más de seis de cada diez responsables de recursos humanos). En tercer lugar aparece Twitter (35,3%) y a continuación Google (19%).
“La imagen que cada uno muestra en las redes sociales es virtual, pero acaba impactando en la vida real”, resume Josep Lluís Micó, profesor de la Universitat Ramon Llull y experto en tecnologías de la información. “Las empresas saben que para ver dónde has hecho un máster o tus anteriores trabajos está Linkedin; para reconstruir tu vida cotidiana, acuden a redes sociales masivas como Twitter y Facebook u otras más minoritarias como Instagram, Pinterest o Snapchat”.
Para tener control del perfil virtual, Micó ofrece una regla básica a aplicar por cualquier internauta y, en especial, por todo aquel que busca abrirse paso en el mercado laboral: “No digas ni muestres en internet aquello que no dirías ni mostrarías a la gente que te rodea, en el ámbito familiar, en la escuela, en la calle…”.
Tal y como recoge el informe, lo que mayor rechazo genera entre los expertos en recursos humanos cuando escrutan la actividad en las redes sociales de un candidato es la apología de cualquier tipo de violencia o discriminación –llevaría a rechazar a un aspirante al 73% de las empresas–, la publicación de contenidos que promuevan el consumo de drogas y alcohol –66%– o de imágenes de contenido sexual o poco apropiadas –62%–. Tampoco toleran comentarios negativos sobre sus jefes y compañeros de trabajo –49%– o datos que contradigan el currículum del candidato –48%–. En menor medida, a uno de cada cuatro no acepta la falta de habilidades comunicativas, los errores de expresión o gramaticales. Y, por último, un 6% considera la afiliación política un factor para descartar a un candidato.
(Noticia extraída de La Vanguardia)