Un día después de que el Gobierno catalán presentara los Presupuestos de 2016, el presidente de la Generalitat de Cataluña, Carles Puigdemont, anunció una rebaja del IRPF. Durante la inauguración de la XXXII Reunión del Círculo de Economía, el dirigente catalán lamentó que todos los catalanes, con independencia de su renta, sufren un tipo impositivo en el IRPF superior a la medida.
«Ha llegado la hora de rebajar la presión fiscal», clamó ante una audiencia formada por empresarios. El vicepresidente de la Generalitat, Oriol Junqueras, había planteado la idea de reducir el IRPF a las rentas bajas y subirlo a las rentas altas. Puigdemont abogó por una reducción generalizada e insistió en que la carga fiscal de los catalanes supera a la media en todos los tramos. Sugirió que la rebaja fiscal sería más intensa para las rentas bajas. En cualquier caso, hay que tener en cuenta que una reducción de los tipos impositivos en los primeros tramos de renta beneficia al conjunto de contribuyentes por el carácter progresivo del impuesto. Puigdemont señaló que la intención es que el tipo efectivo del IRPF baje para todas las rentas.
Las comunidades autónomas tienen competencia sobre el 50% del IRPF. Aun así, los cambios autonómicos no afectan a las retenciones que sufren los trabajadores y, por lo tanto, si la reducción fiscal se aprueba para este año, las familias catalanas notarán la rebaja cuando presenten la declaración anual entre mayo y junio del 2017.
El presidente de la Generalitat aseguró que una reducción fiscal es compatible con la obligación de sanear las cuentas públicas por el funcionamiento del sistema de financiación, que se liquida siempre con dos años de retraso. Puigdemont señaló que su propuesta de reducción tributaria afectaría a las finanzas catalanas en 2019 e ironizó que el sistema de financiación por una vez serviría a los intereses de Cataluña.
Aun así, el Gobierno catalán no cuenta con mayoría en el Parlamento y precisará del apoyo de otros grupos. La CUP, el partido que en principio estaba llamado a facilitar la sostenibilidad del Gobierno, es partidario de subir más los impuestos a las rentas altas.
Cataluña es la única comunidad autónoma que no emuló la rebaja fiscal que aprobó el Gobierno. El resto de autonomías, con mayor o menor fidelidad, adecuaron su estructura del IRPF a los cambios aprobados por el Gobierno de Rajoy. La consecuencia es que el tipo marginal mínimo en Cataluña alcanza el 21,5% frente al 19% de la mayoría. El tipo marginal máximo llega al 48%, el nivel más alto. Aunque Andalucía o Asturias mantienen el mismo gravamen. Un contribuyente en Cataluña soltero y sin hijos que gana 15.500 euros (el sueldo más frecuente, según el INE), abona por IRPF en Cataluña 1.499 euros, un 10% más que la media y un 13% más que un madrileño.
(Noticia extraída de Cinco Días)