Si lo necesita, puede contratar a empleados para trabajar todos los días de la semana.
A la hora de planificar la jornada semanal de sus trabajadores, las empresas deben respetar las siguientes limitaciones:
• La duración máxima de la jornada semanal es de 40 horas en cómputo anual. Es decir, unas semanas se pueden trabajar 42 horas y otras 38.
• La jornada diaria no puede exceder de nueve horas. Ahora bien, los convenios colectivos pueden ampliar este límite hasta doce horas.
• Entre el final de una jornada laboral y el inicio de la siguiente deben transcurrir como mínimo doce horas seguidas.
• Los trabajadores deben descansar un día y medio ininterrumpido entre cada semana. Sin embargo, dicho descanso se puede acumular en períodos de hasta 14 días.
La combinación de estos límites permite que las empresas puedan obligar a sus empleados a trabajar de lunes a domingo durante algunas semanas. Vea un ejemplo.
Ejemplo
Un empleado a jornada completa podrá trabajar de lunes a domingo la primera semana (56 horas, 63 si trabaja nueve horas diarias, o incluso 84 si el convenio permite trabajar doce horas al día) y de lunes a jueves la segunda semana (32, 36 o 48 horas). A partir de ahí, deberá disfrutar de los tres días de descanso semanal acumulado.
Eso sí, en este caso el contrato deberá reflejar que la jornada de trabajo se puede distribuir de lunes a domingo. En caso contrario, los empleados podrán alegar que esa nueva condición supone
una modificación sustancial de condiciones.
Asimismo, sepa que en algunos sectores como el comercio o la hostelería las empresas todavía disponen de una mayor flexibilidad.
