· Los afectados por expedientes de regulación de empleo de extinción crecen el 9,5% en Catalunya
· Las mujeres se llevan la peor parte con un incremento del 33,5% de las despedidas en el 2015
La creación de empleo registrada en España en el 2015 tiene algunos puntos negros. Además de la precariedad, la temporalidad y los sueldos bajos, entre los aspectos negativos del mercado laboral también se encuentra el inicio de un repunte de los expedientes de regulación de empleo (ERE) de despido por primera vez desde el 2012. La tendencia al alza, con cierres y recortes de plantilla sonados como los de Delphi, Valeo, Autoliv, Bacardí y en la banca, se aprecia con más claridad en Catalunya, que cerró el 2015 con un incremento de los afectados por ERE de extinción de contrato del 9,57%, según los datos provisionales de la Generalitat que no incluyen todos los expedientes registrados en el Ministerio de Empleo.
El año pasado, 4.831 empleados perdieron su trabajo al resultar afectados por los ERE presentados, lo que supone un aumento de 422 despidos. Los datos del ministerio hasta noviembre muestran un descenso del 2,8%, con 5.437 afectados, sin tener en cuenta los ERE de diciembre. Este repunte o, como mínimo brusco frenazo de la caída, contrasta con los fuertes descensos que se registraron en las otras dos modalidades de regulaciones de empleo, las suspensiones temporales de contratos y la reducción de jornada. Los trabajadores afectados por varios días de paro se redujeron 57% y finalizaron el ejercicio pasado con una cifra acumulada de 5.480 empleados frente a los 12.835 del 2014. La reducción de jornada afectó a un 63% menos de trabajadores en Catalunya, con 1.403 empleados.
El saldo de la evolución en las tres modalidades de ERE dio como resultado un aumento del peso de los despidos sobre el total de afectados, al representar el 41% de todos los trabajadores involucrados en expedientes de regulación (11.714).
13,2 DESPIDOS POR DÍA
Los 4.831 despidos a través de ERE sitúan el 2015 en un nivel similar al del 2007, con una media de 13,2 afectados por día, aunque muy por debajo de la avalancha de trabajadores que se quedaron en la calle durante los años más duros de la crisis, con 14.413 en el 2009 y 39,4 nuevos parados por día.
El repunte tuvo un impacto radicalmente diferente por sexos, puesto que las mujeres sufrieron un aumento de las afectadas del 33,5%, hasta 2.007 despedidas, frente a un descenso del 2,82% de los hombres incluidos en ERE de extinción.
Además, el número de expedientes ejecutados bajó casi un 30% en el caso de las rescisiones de contratos, con un total de 153 empresas que redujeron su plantilla mediante un ERE. La aparente paradoja se debe, según Javier Pacheco, secretario general de la Federación de Industria de CCOO de Catalunya, a «un aumento de los ERE de empresas importantes con más plantilla desde el último trimestre del 2015 y, en muchos casos, relacionadas con el sector del automóvil».
Los datos del conjunto de España apuntan en esa misma dirección de un aumento de los afectados por despidos en la recta final del año, con repuntes en los meses de noviembre (último mes con datos disponibles) y octubre después de una senda de retocesos en los años anteriores.
SUBASTA DE PROVEEDORES
Esos ERE se producen, aparentemente, a contracorriente ya que coinciden con una mejora general de la economía y del mercado de trabajo y, especialmente, de la producción de las grandes fábricas de vehículos. Catalunya ganó 53.800 ocupados en el 2015 mientras que en el conjunto de España se crearon 525.100 empleos.
Para Pacheco, el repunte de ERE en la industria tiene relación con «una estrategia sectorial de renovación de los modelos que se producen que también comporta una renovación de los componentes, con menos horas de trabajo y una externalización de piezas básicas». Algunos fabricantes de componentes como Autoliv, Valeo y Delphi están sufriendo las consecuencias de esos cambios propiciados por las marcas de coches en su afán por recortar los costes de producción. Por ello, CCOO y UGT han incorporado en las negociaciones de los convenios de Seat y Nissan una cláusula para poner fin a lo que consideran como una subasta mediante la asimilación de los proveedores de las dos empresas al convenio del metal de la provincia de Barcelona. Y mientras lo consiguen, los sindicatos promueven la vía de la «reindustrialización» para buscar empresas dispuestas a tomar el relevo de las que quieren cerrar fábricas.
(Noticia extraída de El Periódico)