Optimice la factura del Impuesto sobre Sociedades de 2019.
Durante estas semanas las empresas cierran las cuentas de 2019. Y una revisión completa de la contabilidad y de los incentivos fiscales aplicables puede suponerles un importante ahorro en el Impuesto sobre Sociedades. De hecho, la simple aplicación correcta de las normas contables ya puede suponer ahorros. Por ejemplo:
• En materia de amortizaciones, revisando si se están aplicando los coeficientes máximos permitidos por la ley, o si es posible aplicar la amortización degresiva sobre determinados activos.
• También revisando si se están computando los deterioros de determinados activos (por ejemplo, si la empresa tiene clientes morosos, o si tiene existencias obsoletas), o si existen obligaciones que puedan materializarse en el futuro (provisiones).
• O revisando si los gastos se están computando en el momento en que se devengan. En materia de gastos de personal, por ejemplo, muchas veces es posible periodificar y computar como gasto una parte de las pagas extras del ejercicio siguiente.
Demora en el pago: ahorro financiero
Muchos incentivos fiscales consisten en demorar el pago del Impuesto sobre Sociedades. Con ello se consigue un ahorro financiero, ya que las cantidades no pagadas ahora pueden servir para reducir el endeudamiento de la empresa, o para acometer nuevas inversiones.
En otros casos los incentivos no se aplican en la contabilidad, sino a través de ajustes en la declaración del Impuesto sobre Sociedades (la libertad de amortización o la amortización doble de pymes, por ejemplo; o las reservas de capitalización y nivelación), aunque al cierre del ejercicio debe computarse el impacto que estos ajustes van a tener en el pago del impuesto.