El TSJM ha incidido en la importancia de la salud mental en un caso de incapacidad permanente absoluta.
La Sala de lo Social del Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM) ha incidido en la importancia de la salud mental en un caso de incapacidad permanente absoluta. Una sentencia falla en contra del INSS y TGSS, y que demuestra que tanto las patologías físicas como las psíquicas son relevantes en los casos de incapacidad.
La salud mental se ha convertido un factor relevante en la sociedad, cada vez más afectada por estas patologías. Una realidad que también afecta en el mundo laboral. Y, con ello, dentro de los tribunales.
Así ha sido el caso de Gracia (nombre ficticio). Una mujer que llegaba hasta el TSJM en defensa de su incapacidad permanente absoluta. Ello, no sólo por sus patologías físicas, sino también por su actual estado de salud mental.
Gracia trabajaba como administrativa, cuando, en febrero de 2022, comenzaba su incapacidad temporal. Poco después, en el mes de mayo, se emitía una nueva baja médica, en la que se incoaba, de oficio, su expediente de incapacidad permanente.
Una incapacidad que, sin embargo, era rechazada por el INSS, que negaba que el cuadro físico de la mujer, con un 44% de discapacidad y trastorno adaptativo con estado de ánimo depresivo, «no alcanzaban un grado suficiente de disminución de su capacidad laboral». Algo que la mujer llevaba ante los tribunales.
El TSJM falla a favor de la incapacidad permanente absoluta
Caso de salud mental y física que llegaba ante el Juzgado de lo Social nº28 de Madrid. Juzgado que concedía dicha incapacidad permanente absoluta a la administrativa en su sentencia de 22 de marzo de 2024.
«Indicaba, básicamente, que los padecimientos y limitaciones funcionales que aquejaban a la trabajadora, eran constitutivas de una incapacidad permanente absoluta», destaca ahora la sentencia del TSJM, en referencia al fallo de primera instancia.
Una decisión ante la que el INSS presentaba un recurso de suplicación ante el TSJM. Ello, alegando que «no ha quedado acreditada una grave dificultad para la movilidad, como tampoco la gravedad o severidad del cuadro ansioso-depresivo que invoca». Algo que, para la Seguridad Social, la hace apta para trabajar.
Un recurso rechazado por el TSJM en su sentencia 1185/2024, con la presencia de los magistrados José Luis Asenjo Pinilla (ponente), Ignacio Moreno González-Aller, Emilio Palomo Balda y Ángela Mostajo Veiga.
«Lo novedoso de esta sentencia es que el TSJM incide en la importancia de valorar todos los diagnósticos por igual, y cómo afectan al desarrollo de la profesión habitual, o cualquier otra a la que se pudiera adaptar, con un mínimo de eficacia, diligencia y rendimiento. Con unas lesiones tan graves en la espalda, que le impiden la movilidad, estar unas ciertas horas sentada y tomar algunas posturas, era normal que a nivel físico se tomara esta decisión. Pero además, se le da mucha importancia al cuadro ansioso depresivo que sufría la demandante”, comenta la abogada encargada del caso, Cristina Alonso, del despacho Parrado Asesores.
La salud mental, una patología relevante en Justicia
«La verdad es que la salud mental tiene una importancia fundamental. Y así se ha considerado incluso por la jurisprudencia, pues en casos de trastornos depresivos mayores, como principal patología, se reconocen incapacidades permanentes. No obstante, lo cierto es que en la práctica forense, las limitaciones físicas constituyen el núcleo de valoración, al resultar más objetivables», explica la letrada en conversaciones con Confilegal.
Sin embargo, la salud mental parece ser cada vez más relevante dentro de los procesos judiciales. Así, cada vez son más los informes médicos en relación a estas patologías los que se aplican, según la abogada, en los casos.
«En la mayoría de los casos, la propia patología que causa limitaciones físicas (orgánicas y funcionales), es origen de la patología psicológica«, explica.
Un factor muy relevante, especialmente, en el caso de los trabajadores. Y es que, en muchas ocasiones, las situaciones del empleado dentro de la compañía son claves en la salud mental. Y, por tanto, en la valoración de su incapacidad.
«La salud mental es un factor decisivo para el bienestar de cualquier persona, máxime de cualquier trabajador que está sometido a responsabilidades, estrés, presión, etc. pues aquel, consciente de las limitaciones que padece, le resulta aun más gravoso enfrentarse a las obligaciones encomendadas o las tareas de su profesión. Por supuesto, en ocasiones, estas limitaciones resultan indudablemente incapacitantes e invalidantes», destaca.
Situaciones en las que, tal y como asegura la abogada, los letrados no sólo son un apoyo profesional a los afectados, sino también «un apoyo emocional muy importante».
(Noticia extraída de Confilegal)
