Muchos convenios han quedado desfasados por la alta inflación
El alto entorno inflacionario que empezó a darse en España a finales de 2021, y que se consolidó durante todo 2022, dejó a un buen número de trabajadores expuestos a una pérdida de poder adquisitivo en sus nóminas. El motivo principal, la ausencia en los convenios, ya fuesen empresariales o sectoriales, de fórmulas de revalorización vinculadas al IPC, o de existir, éstas no compensaban los altos niveles de inflación, que en los últimos meses llegaron a niveles históricos.
De ahí que en la segunda mitad de 2022, un reguero de empresas de diversos sectores haya tenido que improvisar fórmulas para dar un alivio a sus plantillas.
La más extendida, las pagas extraoardinarias y no consolidables. Mapfre, por dos veces; Generali, Zurich, Iberdrola, Cementos Molins, H&M o Inditex son algunos ejemplos de empresas que han abonado entre 500 y 1.000 euros a sus trabajadores. En otros casos, la opción elegida ha sido la revisión del convenio: así lo han hecho la banca o las cajas rurales. En ambos casos, sus convenios expiran este 2023, y han decidido aplicar subidas salariales del 4,5% para este año, cuando lo previsto era del 1,25% para bancos y un 1% para cajas. Para 2024 la negociación sectorial deberá partir de cero, por lo que esos aumentos suponen, en la práctica, un pago extraordinario.
«Que se hayan llevado a cabo este tipo de prácticas es un reconocimiento del desfase que se ha producido. Y de que lo pueden pagar», explica José María Martínez, secretario general de servicios en CC OO. Este sitúa en la aplicación de la reforma laboral de 2012 la progresiva desaparición en los convenios de las cláusulas de revalorización salarial ligadas al IPC. «A partir de entonces, y con inflaciones bajas, los convenios se centraban en que su vigencia no decayera cuando vencieran. A partir de la pandemia, casi todos contienen alguna cláusula de revisión, durante o al final de su vigencia», explica.
En banca y seguros, el problema fue que sus convenios se aprobaron en 2021, justo antes de las grandes presiones inflacionistas. Ambos contemplan alzas ligadas el IPC, pero, por ejemplo, en el de banca ésta era del 1% en 2022 y del 1,25% en 2023; y en el de seguros, de un 1,2% en 2022, mientras que para 2023 se ligaba a la evolución del PIB, al que se aplicaría un efecto corrector según el IPC.
Mapfre aprobó un primer pago de 350 euros en julio, al que sumó otro de 400 en noviembre; Generali, por 300 euros; y Zurich también ha aprobado unos pagos únicos para compensar las inflaciones de 2021 y 2022 junto al convenio que acaba de firmar hasta 2025.
«Realizar un incremento salarial no consolidable en las tablas del convenio, puede ser una medida adecuada de revisión salarial, sobre todo si el sector no se puede permitir su consolidación debido a una falta de competitividad de salarios», dice Miguel Venegas, presidente de Valorian, nueva denominación del sindicato Fasga.
En el caso del textil, las subidas de Inditex o H&M coinciden con el bloqueo de la mayoría de los convenios provinciales del sector, que impiden revalorizaciones de los salarios al estar vencidos. En el caso de ambas empresas, los pagos, de hasta 1.000 euros en el gigante gallego, y de 500 euros en H&M, van ligados a los incrementos de venta. «Y es probable que otras empresas del sector también lo hagan por la presión sindical», dice José María Martínez, de CC OO.
Este anticipa que estos pagos a tanto alzado, como se denominan en la jerga laboral, continuarán dándose durante 2023, sobre todo en sectores como banca y seguros. «Con las subidas de tipos, sus márgenes van a mejorar y sus resultados van a ser positivos. Y tampoco parece que vaya a darse una recesión», indica.
Este también apuesta por abordar las mejoras de poder adquisitivo no solo por la vía del IPC, sino ligándolas a mejoras de ventas, beneficios, o ampliando contratos a tiempo completo en sectores como el del comercio o la hostelería, con altos niveles de contratación a tiempo parcial.
Miguel Venegas, de Valorian, ve «más factible realizar incrementos salariales fijos y consolidables ligados a índices de productividad de los sectores o las empresas. Es decir, que si el sector va bien durante la vigencia del convenio, se pague más».
El efecto sobre los convenios que se deben negociar
Incrementos. Los altos niveles inflacionistas no solo están provocando la revisión de algunos convenios, sino que también propicia que los nuevos que se están firmando en los últimos meses, y los que deberán rubrircarse con la entrada de 2023, reflejen una importante subida salarial en tablas para adaptar el poder adquisitivo de las plantillas. El caso más relevante es el del convenio de los grandes almacenes, vencido desde el 31 de diciembre, y que deberá empezar a ser negociado en las próximas semanas. En 2022, las tablas apenas se incrementaron un 1%, tal y como marcaba el anterior texto, sellado a principios de 2021. De ahí que los sindicatos que se sentarán en la mesa de negociación ya hayan anticipado que reclamarán fuertes incrementos: Valorian, antes Fasga, y que es el principal sindicato en El Corte Inglés, pide una subida del 20% durante los años de vigencia, hasta 2025, mientras que Fetico o CC OO reclaman un incremento del 18%.
(Noticia extraída de Cinco Días)