El uso de esta vía se limitará según el tamaño de la empresa
El Gobierno la patronal y los sindicatos retomaron este miércoles sus habituales reuniones de los miércoles en la mesa del diálogo social que discute la modernización del mercado de Trabajo, la llamada reforma laboral. Los responsables gubernamentales presentaron durante la cita un nuevo documento de propuestas en el que se recoge, como principal novedad, una nueva redacción del artículo 15 del Estatuto de los Trabajadores para crear un contrato temporal “por circunstancias de la producción y de sustitución de la persona trabajadora”, que podría realizarse en las actividades ocasionales y cuya duración máxima sería de tres meses. Además se introducen unos topes de su utilización en función del tamaño de la empresa.
La propuesta llega después de las tensiones generadas entre Gobierno y patronal después de que el Ministerio de Seguridad Social firmara a solas con los sindicatos una subida de 0,6 puntos de las cotizaciones sociales como eje central del mecanismo de equidad intergeneracional que debe cubrir el sobrecoste de pensiones que generará la jubilación de la generación del baby boom.
Durante el encuentro de este miércoles, el Ministerio de Trabajo, que lidera una mesa a la que también se sientan el Ministerio de Asuntos Económicos y el de Seguridad Social, planteó que el contrato por circunstancias de la producción y los contrato de sustitución de carácter temporal tengan un máximo de tres meses de duración, utilizando topes de utilización en función del tamaño de las empresas.
En concreto, las empresas con menos de cinco empleados solo podrán disponer de uno de estos contratos, las de hasta 10 empleados, de dos, y las grandes un determinado porcentaje de su plantilla en línea con estas proporciones. Por ejemplo para plantillas de 10 a 30 serán máximo tres contratos de este tipo; de 101 a 500 empleados serán 15 o, el 7%.
El margen será algo mayor en el caso específico de la agricultura. Para evitar que haya puestos estructurales cubiertos encadenando este tipo de contratos, el Ejecutivo prevé obligar a hacer un contrato indefinido si la eventualidad alcanza los cinco meses, según detallan fuentes del diálogo social.
A su vez, propuso que los contratos formativos limiten su duración a entre tres meses y dos años, en el caso de la modalidad de alternancia, o de seis meses a un año, para los contratos de adquisición de práctica profesional. En paralelo, se unificaría el periodo de prueba a sólo un mes. Queda pendiente la discusión con los agentes sociales sobre los límites de edad y la posibilidad de suscribir contratos formativos a jornada parcial.
Más allá, el Gobierno reiteró su disposición a recuperar la ultraactividad de los convenios mientras que las partes no lleguen a un acuerdo para sellar uno nuevo, y a retomar la prevalencia de los acuerdos de empleo sectoriales sobre los de empresa, aspectos que cambió la reforma laboral del PP de 2012.
Por otra parte, informan fuentes sindicales, el Gobierno mantiene la redacción referente a los contratos fijos discontinuos, “verdadera apuesta para introducir los trabajos de temporada en la contratación indefinida”, dice UGT, así como la redacción de los artículos 41 y 42, de modificación sustancial de las condiciones de trabajo, y contratas y subcontratas, en las que este sindicato viene reclamando recuperar la redacción previa a 2012.
Además, Trabajo estudia introducir especificidades del sector de la construcción en el rediseño del contrato indefinido, dentro de la simplificación de los contratos a solo tres modelos, fijo, temporal y de formación, que pretende.
Nueva propuesta del modelo Red para el viernes
En el campo de los ERTE actuales, el Ejecutivo acepta la pretensión sindical de que si existen exoneraciones de cuota patronal vayan acompañadas de garantías de mantenimiento de empleo.
Una de las medidas clave de la reforma laboral que el Gobierno aspira a pactar con patronal y sindicatos es el rediseño de los Expedientes de regulación temporal del empleo (ERTE), a fin de introducir nuevas modalidades ligadas a formación para la era pospandémica que permitan a las empresas afrontar crisis coyunturales y reconvertir a los empleados de sectores en declive.
Tras una primera propuesta que despertó críticas tanto de empresarios como de sindicatos, por su rigidez y carga burocrática, Trabajo se comprometió este miércoles a presentar una nueva propuesta en la siguiente jornada de negociación que se celebrará el viernes a fin de limar el rediseño del instrumento durante las próximas semanas.
El objetivo de tener listo un pacto antes de final de año. Este es el compromiso al que se ha llegado con la Comisión Europea dentro del marco del Plan de Recuperación que rige la entrega de las ayudas europeas, dentro del cual la reforma laboral será una de las llaves clave para desbloquear la entrega de unos 12.000 millones de euros.
(Noticia extraída de Cinco Días)