Montoro diseña un impuesto negativo para los mayores semejante al que disfrutan las madres trabajadoras
El modelo permitirá que la deducción llegue también a las pensiones más bajas
Del mismo modo que todas las madres trabajadoras tienen derecho a una rebaja fiscal en forma de una paga mensual de 100 euros (1.200 al año) hasta que el bebé cumpla tres años de edad, el ministro Montoro pretende ahora extender esta fórmula -que se conoce como ‘impuesto negativo’- a los contribuyentes de mayor edad, estén jubilados o no, con el fin de aliviar sus gastos de dependencia mediante un cheque cada mes.
Esta es la respuesta que ultima Hacienda para contrarrestar el malestar creciente del colectivo de pensionistas por la escasa revalorización de sus prestaciones (del 0,25% en cada uno de los últimos cinco años). Este mismo jueves está convocada una protesta ante la sede del Ministerio de Hacienda donde tiene su despacho el ministro Montoro.
La técnica del ‘impuesto negativo’
Tal como funciona la técnica fiscal de los llamados ‘impuestos negativos’, este tipo de deducciones llega a todos los contribuyentes que cumplan las condiciones requeridas. En el caso de la deducción para las madres, se exige que la mujer esté dada de alta en la Seguridad Social. Da igual su nivel de renta, tanto si es muy elevada, como si es tan baja que está exenta de pagar impuestos. Se llame como se llame, el impuesto negativo se convierte en la práctica en un complemento mensual de ingresos, en una minipaga, en una prima o en un cheque que, en el caso de los madres, busca ayudar con los gastos de guardería y, en el de los mayores, pretende contribuir a cubrir los gastos mensuales derivados de sus cuidados.
Fuentes del Gobierno han confirmado que esta es la fórmula en la que está trabajando Hacienda y explican que este diseño permite hacer llegar la ayuda fiscal a cualquier contribuyente aunque su renta sea tan baja que no tenga que tributar por ella. El Gobierno se sacude así las duras críticas con que fue recibido este martes el anuncio del ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, sobre su intención de incorporar a los Presupuestos del 2018 una deducción fiscal en la cuota del impuesto sobre la renta (IRPF) para los contribuyentes de edad «muy avanzada» con el fin de reconocer los «costes inherentes» a la misma, como los relacionados con discapacidad y dependencia.
Nada más conocer este anuncio, los técnicos del Ministerio de Hacienda agrupados en Gestha criticaron el alcance «limitado» de la medida, toda vez que dos de cada tres pensionistas ya está exento del pago del IRPF, por tener unas renta anual inferior a 12.000 euros. El sindicato profesional llegaba así a la conclusión de que la deducción anunciada por Montoro solo iba a beneficiar a las rentas más altas. Este argumento sirvió de base a ataques políticos de todo tipo que criticaban la intención del Gobierno de lanzar una «cortina de humo» con un «regalo fiscal» que, según la oposición, solo busca dar una respuesta «electoralista» e insuficiente ante las protestas de los pensionistas.
El Gobierno se mantiene firme en su decisión de no promover una subida de las pensiones por encima del 0,25% mientras las cuentas de la Seguridad Social sigan en desequilibrio. El ministro de Educación y portavoz del Gobierno, Íñigo Méndez de Vigo, juzgó este miércoles una «mala idea» volver a revalorizar las pensiones con arreglo a la subida del IPC, como han propuesto PSOE y PDECat en sendas iniciativas parlamentarias. «Lanzar este debate es populismo puro y duro», dijo el ministro en la COPE, antes de admitir que el ministro Montoro está estudiando cómo favorecer a las pensiones más bajas.
(Noticia extraida de El Periódico de Catalunya)