La carrera profesional de Ana Bujaldón comenzó ligada al emprendimiento empresarial. Con sólo 26 años, fundó su propia compañía y, posteriormente, puso en marcha diferentes sociedades del ámbito publicitario y de la comunicación. Además, desde hace ocho años es la presidenta de Fedepe, cuyo principal objetivo es «conseguir un entorno en el que el reparto de poderes sea acorde a una sociedad en la que las mujeres son más de la mitad de la población». La presencia de la Federación en foros internacionales y la firma de convenios con agentes sociales constituyen valiosos impulsos de su labor.
¿Cree que en los equipos humanos de las empresas españolas hay suficiente paridad entre hombres y mujeres?
En nuestros casi 30 años de historia, esa es la pregunta que siempre tenemos encima de la mesa, ya que estamos lejos de alcanzar una paridad deseable. Y a pesar de que las mujeres estamos cada vez más presentes en todos los sectores, nos seguimos encontrando que a medida que aumenta la categoría profesional disminuye la representación, y al llegar a la alta dirección somos casi invisibles.
La formación, las capacidades y la experiencia ya no son excusas, pero nos seguimos encontrando barreras, como la dificultad a la hora de conciliar, la corresponsabilidad, la existencia de patrones masculinos aún presentes en muchas empresas, sistemas de promoción no del todo transparentes…
¿Cuáles serían los impedimentos que más perjudican a la mujer?
El acceso al mundo laboral sigue siendo una carrera de obstáculos. Nos encontramos con la existencia de disparidad salarial entre hombres y mujeres y dificultades de promoción que conllevan a la casi inexistencia de mujeres en los máximos puestos de responsabilidad. Las políticas de Recursos Humanos deberían apostar por horarios flexibles de acuerdo a las necesidades de las plantillas y a los objetivos, y sistemas de promoción basados en el mérito y capacidad.
La brecha salarial es una de las principales reivindicaciones. ¿Cómo se puede poner fin a este problema?
El primer paso es detectar que existe la brecha salarial, ya que si no somos capaces de medir el problema es imposible erradicarlo. Los datos del Informe Global de la Brecha de Género de 2015 del Foro Económico Mundial son preocupantes, ya que muestran que a este ritmo no se terminará con la brecha salarial hasta dentro de más de 100 años.
En el caso de España, según Eurostat, las mujeres ganamos un 18,8% menos que los hombres. El hecho de que tengamos salarios más bajos y, por ende, menor pensión, significa que la pobreza tiene nombre de mujer. Desde Fedepe mantenemos una postura muy clara: no podemos permitirnos como sociedad que nuestras empresas renuncien al 50% del talento.
¿Cree que el hecho de que haya menos mujeres directivas también viene determinado por factores culturales propios de España?
Si bien es verdad que en los inicios de la democracia la inmensa mayoría de las mujeres tenían un papel dentro del ámbito doméstico, durante todos estos años se han ido rompiendo muchas barreras y la incorporación de la mujer en el mundo laboral es una realidad. No obstante, hoy en día siguen quedando impedimentos como el llamado techo de cristal, que impide el acceso a puestos de responsabilidad.
En este punto, las organizaciones tienen un papel clave, pues no cabe duda de que los equipos diversos están mejor preparados para el análisis y la toma de decisiones y, además, la presencia de las mujeres en las organizaciones significa un impacto positivo en las empresas.
(Noticia extraída de El Economista)