El ministro de Hacienda promete que rebajará el IRPF
Asegura que España cumplió el objetivo de déficit de 2016
El ministro de Hacienda y Función Pública, Cristóbal Montoro, ha defendido hoy en el Congreso la actuación el Gobierno y ha trazado las «líneas maestras» para los próximos años. Montoro confirmó que España cumplió en 2016 el objetivo de déficit público, que Bruselas permitió en verano ampliar hasta el 4,6% ante la evidencia de que España iba a rebasar nuevamente el límite. Ante las críticas de diversos grupos parlamentarios, Montoro aclaró que su departamento está trabajando para que las limitaciones a los aplazamientos de deuda fiscal que se incluyeron en el real decreto de medidas fiscales aprobado en diciembre no afecten a las pymes. El objetivo es que las pequeñas y medianas empresas puedan seguir aplazando el pago del IVA.
El ministro de Hacienda destacó durante su discurso que España ha logrado reducir los números rojos y, al mismo tiempo, elevar las partidas básicas del Estado de bienestar. De hecho, Montoro aseguró que en 2016 el gasto social superó por primera vez los 300.000 millones de euros y fue el mayor de la historia. El incremento se explica por el fuerte aumento de las prestaciones de jubilación, donde el margen de maniobra del Ejecutivo es escaso. Cada vez hay más jubilados, con prestaciones más elevadas y con mayor esperanza de vida. De hecho, en porcentaje sobre el PIB, el gasto en educación y sanidad sí que se ha reducido durante la última legislatura. Montoro avanzó que, en 2016, el gasto público del conjunto de las Administraciones Públicas alcanzó los 474.803 millones de euros, cifra que equivale al 42,5% del PIB. Supone la menor cifra desde 2008. Aun así, destacó que el porcentaje que se destina a educación representa el 63,6% del total cuando en 2012 era del 60,6%.
El ministro de Hacienda defendió que, a lo largo de su gestión, las partidas que más se han recortado son las ligadas a burocracia e inversión pública. Durante su intervención, Montoro se comprometió a rebajar el IRPF a lo largo de esta legislatura, una promesa que el PP incluyó en su programa electoral y que también figura en el pacto de investidura con Ciudadanos. En principio, esta medida se adoptaría en 2018, cuando está previsto que el déficit público baje del nivel del 3%. En la misma línea, Montoro también recordó que la intención del Gobierno es fijar reducciones tributarias para los trabajadores que alarguen su vida laboral tras llegar a la edad legal de jubilación.
Acerca de los ingresos públicos, Montoro señaló que la recaudación del IRPF alcanzó en 2016 los 72.000 millones de euros, una cifra similar al ejercicio anterior, pero menor que la presupuestada. Los ingresos del IVA han evolucionado positivamente y, en 2016, sumarán más de 60.000 millones. Supondrá un récord de recaudación. El ministro de Hacienda justificó la subida fiscal en el impuesto sobre sociedades aprobada en diciembre por la necesidad de cuadrar las cuentas y atajar la caída de la recaudación del impuesto que grava los beneficios empresariales. El portavoz de Hacienda de Ciudadanos, Francisco de la Torre, señaló que las medidas adoptadas fueron una «chapuza». El Ejecutivo, cuando las empresas estaban cerrando el año, limitó la posibilidad de compensar bases imponibles negativas y exigió que las empresas tributaran por los deterioros de cartera deducidos en el pasado. Ambas medidas han supuesto un golpe fiscal a los resultados empresariales y han provocado duras críticas por parte de CEOE. La patronal llegó a acusar a Hacienda de provocar «el desprestigio absoluto de España». La recaudación del impuesto sobre sociedades se moverá en torno a los 20.000 millones, la mitad que en 2007. Aun así, ese ejercicio fue extraordinario y estuvo influenciado por beneficios extraordinarios ligados al boom inmobiliario.
Para el ministro de Hacienda, el primer Gobierno de Mariano Rajoy se encontró un país con un elevadísimo volumen de deuda privada que restaba competitividad a la economía y provocaba que España partiera con una posición de debilidad ante las turbulencias financieras. Montoro señaló que hoy la situación es distinta. Empresas y familias han llevado a cabo un proceso de desapalancamiento sin precedentes y han reducido su deuda en 450.000 millones. Ahora, el reto, señaló Montoro, es rebajar la deuda pública, que se mueve en torno al 100% del PIB. Para ello, España debe seguir reduciendo el déficit público. Este año debe bajar del 4,6% al 3,1%, lo que supone un ajuste de 16.000 millones. Por lo tanto, el margen para alegrías presupuestarias es prácticamente nulo y más si se tiene en cuenta que el mayor esfuerzo recae este año en la Administración central.
Montoro puso fecha al fin de la crisis. Será en 2020 si se cumplen las previsiones el Gobierno. Ese año, España tendrá 20 millones de trabajadores y, según el ministro de Hacienda, ello significará que la crisis está «superada y enterrada».
Uno de los temas estrella de la legislatura será la reforma del sistema de financiación, cuya negociación se iniciará el próximo martes. Montoro señaló que en este contexto también se revisarán los mecanismos extraordinarios de liquidez como el FLA. Y alertó de que la experiencia en la mejora de la morosidad en el sector público deberá trasladarse al sector privado. Montoro denunció que no tiene sentido que grandes empresas abusen de su posición dominante para fijar condiciones de financiación abusivas para las pymes. En este sentido, llegó a apuntar la posibilidad, aunque sin concretar, de establecer algún tipo de penalización tributaria para las grandes empresas que incumplen la Ley de Morosidad.
(Noticia extraída de Cinco Días)